El desarrollo es por el Estado o no es

Nota de opinión de Eduardo Miranda sobre la productividad de las pymes en los paises desarrollados y subdesarrollados.

Comunicación - Notas de opinión 08 de enero de 2019 ENAC ENAC
Eduardo Miranda
20180813_113005

Las exportaciones son consideradas por la sociedad en forma mayoritaria, como el objetivo central de toda política económica referida a la industria.

Es común que economistas con distinta orientación den a este tema importancia fundamental para el sostenimiento del desarrollo nacional y su sustentabilidad.

Todavía hoy se escucha decir a más de uno que, con una buena cosecha “Argentina está salvada”.  Era esta una realidad a fines del siglo IXX y comienzos del siglo XX, cuando la industria argentina estaba expresada casi con exclusividad en la producción de carne congelada para la exportación y la producción de azúcar de caña, ambas vinculadas estrechamente a la actividad agropecuaria.  No existía por entonces siquiera la industria láctea. Las actividades industriales en otros rubros eran, en general, poco más que artesanías.

Si bien es cierto que los avances tecnológicos permiten dar mayor previsibilidad al resultado de la explotación agropecuaria, no es menos cierto que el factor climático hace que la certeza de los proyectos corra con muchas desventajas respecto de la industria manufacturera.

Por supuesto, países como Argentina, por condiciones de suelo y clima, tienen en la explotación agropecuaria un recurso invalorable pero, de allí a decir “La Patria es el campo” hay una distancia abismal por varias razones. Una de las más notorias es que desde el punto de vista de la ocupación es prácticamente irrelevante incluso si se tomaran las actividades industriales y de servicios conexos.

Si de explotaciones de producción primaria se trata, es más que sabido que una parte importante tiene necesariamente destino de exportación ya que la producción supera las demandas del mercado interno.

Depender para el Desarrollo nacional de esta actividad significa estar sujeto a lo que se conoce como “deterioro de los términos del intercambio” que, salvo un breve período durante el siglo XXI operó en contra de la actividad primaria.

Ahora bien, si se trata de manufacturas y la pretensión es lograr la expansión productiva en función de las exportaciones, vamos a encontrarnos con problemas serios para alcanzar el objetivo.

Las posibilidades de competir en los mercados foráneos requiere la implementación de medidas de gobierno que viabilicen lograr el objetivo.

Estas, las medidas,  pueden resultar un impulso hacia el Desarrollo o la conformación de enclaves productivos para la exportación alejados del objetivo del Desarrollo nacional con un pueblo pauperizado y con climas sociales inestables y conflictivos y, muy probablemente, con cuerpos creados para la represión de la segura protesta social.

De todos modos, ya lo dijo John Maynard Keynes en su Teoría General: “si la naciones pudieran aprender a mantener el pleno empleo a través de una política económica interna adecuada, el comercio internacional dejaría de ser la solución desesperada de un país para impulsar el empleo estimulando las exportaciones”.

Para competir en el mercado internacional, son necesarios entre otros, dos requisitos básicos: PRECIO Y CALIDAD. Los avances tecnológicos juegan en este aspecto rol principal, pero cuando la actividad está orientada únicamente a la exportación, se requieren ventajas impositivas, energía barata, bajos salarios, relajamiento o ausencia de regulaciones laborales e incluso, subsidios.

Lo que no puede negarse es, la necesidad que tienen casi todos los países de integrarse al mercado externo, básicamente por la obligación de proveer a la industria doméstica  los insumos no producidos en el país.

¿Cuál es entonces la salida para ser competitivos en los mercados foráneos sin afectar el Desarrollo nacional?  La salida está en el fortalecimiento del Mercado Interno.

En la estructura de costos, es sabido hay entre otros, dos componentes: los gastos fijos y los gastos variables.

Los gastos fijos son poco flexibles a la evolución de la actividad mientras que los gastos variables se mueven en función del nivel de la actividad, incrementándose cuando esta crece.

Cuando se trata de producciones que se colocan en el mercado interno y externo,  el soporte de los gastos fijos totales en el precio de los bienes con destino al mercado doméstico y en ocasiones parte de los variables totales, permite mejorar las condiciones de competencia en los mercados globales.

No debe descartarse incluso el establecimiento de subsidios o reintegros a la exportación de los sectores que a la Nación le interese fortalecer. Esto último es infinitamente menos costoso que financiarse en los mercados externos para cubrir gastos corrientes ante la insuficiencia de la recaudación por caída de la actividad industrial comercial y de servicios, además no compromete divisas necesarias para la importación de insumos, por el contrario las genera. Se invierten pesos para obtener divisas.

La apertura comercial global pasó a ser solo un enunciado de las potencias exportadoras para facilitar su expansión en tanto ellas protegen sus producciones y mercados de todas las formas posibles.  En consecuencia es necesario actuar con astucia e inteligencia para penetrar en los mercados externos en pos del equilibrio o superávit comercial, pero comprendiendo que lo central es la vigorización del mercado interno.

Ahora bien, potenciar el Mercado Interno, implica establecer normas que inteligentes, creativas que no implican cerrar las fronteras comerciales pero sí, administrarlas en defensa de la producción nacional.

Pero también se defiende la Industria Nacional cuando se requiere y promueve el incremento de la productividad.  El Estado Nacional debe por distintos medios apuntalar el desarrollo tecnológico que redundará en mas altos estándares de producción.  

Datos para el análisis:

Productividad relativa respecto de las grandes empresas de los distintos agentes (en porcentaje)

Argent. Brasil Chile Perú Méxi Aleman. España Fran Italia

Micro   24 10 11 6 10 67 46 71 42

Pequeñas 36 27 29  25 29 70 63 75 64

Medianas 47 40 35 35 64  83 77 80 82

(Fuente FIDE)

Obsérvese la diferencia entre los países subdesarrollados o de economías emergentes y los países desarrollados. La diferencia no ocurre por una selección de la naturaleza sino por las políticas que los Estados de esas naciones han llevado a cabo. Una vez más la vigencia de la sentencia de Don Rogelio Frigerio (abuelo): EL DESARROLLO ES POR EL ESTADO O NO ES

Lo más visto