El grito en el cielo

¿Es acaso posible transformar al transporte aerocomercial en palanca de desarrollo e incluso parte del sistema aeroespacial? #NotaDeOpinion por Sergio Mastrapasqua

Comunicación - Notas de opinión31 de agosto de 2019ENACENAC
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"Les habla el comandante. Habiendo finalizado el vuelo, queremos informarles sobre la situación que enfrentamos los pilotos argentinos. Como resultado de la actual política aerocomercial tenemos empresas que no pueden pagar salarios, han suspendido operaciones, reducen dotaciones de pilotos con despidos encubiertos o se achican devolviendo aviones, levantando destinos y cortando frecuencias. Ante esta situación, que pone en riesgo miles de fuentes laborales, ratificamos nuestro compromiso de seguir defendiendo la aviación argentina. Los cielos también son de cada uno de ustedes”. Fue ese el mensaje que los pilotos nucleados en la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas resolvieron el pasado julio leer a los pasajeros al final de cada vuelo. 

Pero más allá de la conmoción que siguió a la protesta, el mensaje sobre la actualidad del sector aerocomercial merece ser analizado. Y es que si bien la cantidad de pasajeros aumenta, ese crecimiento se basa en la sobreoferta de servicios, lo que significa que solo se mantendrá en este marco de competencia cruenta. Pero no hay una sustentabilidad a largo plazo, sino apenas un puñado de empresas que, como señalaban los pilotos, no pueden pagar sus gastos y se sostienen gracias a su “espalda” financiera. Entretanto Aerolíneas no solo perdió cuota de mercado (lo que podría ser relativo dada la “torta” más grande), sino que en 2018 y por primera vez desde su estatización en 2008 (salvando el 2011, excepcional por la erupción del volcán Puyehue) transportó menos pasajeros totales que en 2017. A la embestida contra la línea de bandera se sumó el protocolo de cielos abiertos que el gobierno firmó en junio con Estados Unidos, un acuerdo que permite ampliar rutas y frecuencias aéreas entre ambos países en forma ilimitada y que claramente favorece al país del norte. 

Una contribución impensada

Ante el contexto de crisis vale la pena discutir qué papel juega en la economía el transporte aéreo o qué hacer con Aerolíneas. Desde aquí abonamos la tesis de que el sector tiene la potencialidad para contribuir al desarrollo nacional, que es capaz de generar divisas y podría colaborar incluso con la mitigación de nuestra histórica restricción externa. También que ese desafío debe ser llevado a cabo por todo el sistema aerocomercial local, utilizando a Aerolíneas Argentinas como herramienta protagónica eficaz para una política aerocomercial agresiva. 

¿Cómo puede convertirse el sistema aerocomercial argentino en palanca del desarrollo? A través de una política de inversión que integre a los actores directos e indirectos del transporte aéreo. El Estado, como agente articulador de recursos, tiene en la aerolínea de bandera una herramienta para potenciar los objetivos de progresividad y sustentabilidad del sector.

Así estaremos en presencia de un sector industrial dinámico y con nuevas metas, como generar divisas para el sistema y para el país (teniendo como demanda objetivo de mediano plazo el mercado latinoamericano), y crear un cluster pyme de proveedores de insumos y servicios de alto impacto en I+D. También la de integrar el sistema aerocomercial como componente del aeroespacial argentino, una industria para seguir desarrollando luego de estos años de estancamiento. Así como tuvo la Argentina su incipiente industria aeronáutica en la Fábrica Militar de Aviones, así como tiene Brasil Embraer, ¿podrá hoy nuestro país poner su sistema científico tecnológico al servicio de su transporte aéreo en lo que se refiere a repuestos, equipos de rampa, de instrucción, sistema de reservas y radarización?

Un cluster aerocomercial

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Las pymes industriales y de servicio pueden integrarse al complejo operativo aerocomercial utilizando el poder de compra del sistema. En su libro El estado emprendedor, la investigadora Mariana Mazzucato se dedicó a mostrar que el papel del Estado como comprador es esencial en las tecnologías que más utilizamos, desde internet a las computadoras, los aviones y los trenes. 

Es en ese sentido que resulta clave el trabajo conjunto del sistema aeronáutico nacional con el complejo de ciencia y técnica, a través de actores como el Instituto Universitario Aeronáutico (IUA), la Fábrica Argentina de Aviones (FADEA), la Cámara Argentina Aeronáutica y Espacial (Carae), el Ministerio de Defensa y el de Ciencia y Tecnología y el INVAP, el INTI y el CONICET para elaborar un plan estratégico para el sector, un plan que avance en la creación de una estructura productiva con alto contenido de innovación para generar empleos de calidad y nacionalizar el uso de insumos críticos. 

¿Qué tiene que hacer el Estado? Centralizar la organización de las políticas aerocomerciales para empezar, teniendo en cuenta que, como dice la investigadora Erica Carrizo, “lo que el Estado incuba y no protege, lo capitaliza y explota el mercado”. También encarar un estudio concienzudo de los incentivos fiscales e impositivos para que el sector pueda ser competitivo, y una revisión no menos profunda de los tratados bilaterales vigentes.

La operación de Aerolíneas Argentinas debe fortalecerse mediante el paradigma de una empresa internacionalizada, generadora de divisas y desarrollo y con una estratégica capacidad asociativa, siempre con América Latina como mercado objetivo a través de hubs regionales de distribución que resta definir. Planteamos que Aerolíneas vuelva a nacer con un objetivo protagónico. Porque nunca murió del todo, a pesar de que intentaron y aún intentan matarla.  

Por Sergio Mastrapasqua

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