Cuando los Bancos le hacían bien al Pueblo

En esta Nota de Opinión, José Rodolfo Di Vanni hace un repaso sobre las consecuencias de la liberalización financiera y el peso que ejerce sobre la actividad productiva.

Comunicación - Notas de opinión16 de febrero de 2022 José Rodolfo Di Vanni
Di Vanni

Sostengo ante quien se me plante que el sistema financiero y bancario es menos eficiente y útil hoy a la sociedad que hace 50 años atrás.

Los invito a que recorramos algo de historia y algunas reflexiones.

Recordemos de manera permanente en esta lectura:

El 14 de febrero de 1977 se promulga la LEY Nº 21.526  DE ENTIDADES FINANCIERAS.               Bajo el gobierno de la Dictadura Militar con el Ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz como “factótum” fundamental del espíritu de la Ley y sus alcances,….Y ya nada sería igual.

Aquí tenemos la punta de lanza que motivó un cambio total en el sistema bancario y financiero argentino, ya que el Estado dejó en manos del “mercado” todo tipo de regulaciones, descentralización de los depósitos y liberación de las tasas de interés, dando un “cheque en blanco” al sistema para buscar, sin límites, el rédito económico sin necesidad de enfocarse en la actividad productiva. 

Desde hace 45 años se concretó un sistema financiero voraz, concentrado, extranjerizado y privatizado; sin que nada ni nadie los obligue a concentrarse en la producción y el desarrollo. Sus propios negocios, clientes cautivos, bancarización del sistema, hasta autofinanciaciones de productos que los mismos bancos venden, con las tarjetas de crédito que ellos mismos emiten, los hace estar muy satisfechos con sus enormes bicicletas financieras que les dan resultados económicos bestiales, sin ni siquiera tener que estar atentos a nada ni nadie que tenga que ver con buenos proyectos sociales, ni sólidos  planes de negocios, ni cuestiones habitacionales ni de generación de trabajo genuino. Son felices y multimillonarios cobrándote por la tarjeta de crédito que te dan, y son mucho mas felices cuando solo pagas el mínimo asi te financian a tasas usurarias los saldos pendientes.

 La sartén por el mango y el mango también.

De acuerdo al último Informe de Bancos del BCRA, entre enero y septiembre del año 2021 (último informe que dispongo a la fecha), la rentabilidad neta de la banca privada ascendió a 181.527 millones de pesos. Esto es, una ganancia limpia de 672 millones de pesos por día, podemos afirmar que mientras leemos esto, el sistema financiero argentino está “aspirando” ganancias diarias de 800 millones de pesos, sin la necesidad ni gusto de volcarlos a nada que sea producción, ni se le parezca, ya que lo consiguen desde los mismísimos hogares y trabajadores a través de créditos para consumo, tarjetas de crédito, pequeños créditos personales, y cobros de servicios, aranceles y comisiones por cada pequeño movimiento.

Una pequeña muestra: ya la Argentina superó los 40 millones de tarjetas de crédito en circulación, una comisión mínima de mantenimiento de las mas económicas es de $450.- mensuales, lo que nos deja la conclusión que solo este “servicio” les deja una ganancia limpia de $18.000.000.000.- mensuales por solo meter las narices en lo “mas livianito” y barato. La misma cuenta se puede repetir con las 9 millones de Cuentas Corrientes y mas de 40 millones de Cajas de Ahorro que cobran incontrolables “comisiones”, por administración, usos de cajeros automáticos, envío de correspondencia, reposiciones de tarjetas, generación de certificados, etc. que salen de los hogares y de los trabajadores hacia las ganancias directas de los Bancos.

La Ley N° 21.526 permitió esta brutal rentabilidad desregulando, por parte del Estado, la finalidad básica de los bancos y el sistema financiero en un entramado social con visión de crecimiento y desarrollo cambiando la visión de servicio al sistema productivo transformándolo en un sistema especulativo de rentabilidad por servicios cautivos, y abrió el juego a la extranjerización de la rentabilidad por tres ejes que caracterizan nuestro actual sistema financiero: “1) Los crédito para individuos pasaron a dominar la cartera de créditos en detrimento de crédito a sectores productivos. Son créditos más cortos, más caros y más fáciles de administrar y evaluar; 2) el creciente cobro de aranceles por todo, incluso tarjetas de crédito, como forma de obtener mayores ingresos;  y 3) timba financiera: inversiones en activos financieros también como forma de aumentar ingresos”.      * Afirma el economista Alan Cibils, coordinador de economía política de la Universidad Nacional de General Sarmiento, y dice también analizando los últimos 45 años: “Las ganancias de los bancos pasaron de ser producto de la intermediación financiera, tomar depósitos y otorgar créditos, como en la banca tradicional, a ser producto de crédito para el consumo, aranceles y comisiones, e inversiones financieras”. “Todas nuestras operaciones, si pedimos un crédito, un préstamo, si queremos cobrar nuestro sueldo, si queremos viajar con la Sube, todo pasa por un banco. Esa es la herencia que dejó un sistema que se fue fortaleciendo en democracia y que en los últimos 20 años ganó más dinero que nunca en 200 años de historia económica de la Argentina”, explica.

¿Sabés que el Art 21 de la Ley le permite a los Bancos “todas las operaciones que no le sean expresamente prohibidas por la ley o por el Banco Central”?. Es decir, lo que no está prohibido está permitido, ergo, te vende la tarjeta de crédito por la cual te cobra un mantenimiento mensual para que compres el lavarropas que también te vende directa o indirectamente, y te financia en todas las cuotas que quieras a las tasas que quieren los Bancos, ¿y sabés qué? Ni cambio te dan en las ventanillas. ¿Para qué preocuparse entonces por la producción, el desarrollo y los Planes de Negocios interesantes para la sociedad?

Antes de 1977 la cosa no era así.

Recuerdo que en los 70´trabajaba en una Ferretería Industrial cuyo dueño pertenecía al Consejo Crediticio de la Cooperativa Ladislao Martínez junto con el farmaceútico, el dueño de una gomería, el gallego del almacén, el alemán que arreglaba sólo DKW y el distribuidor de rulemanes. Cooperativa que recaudaba y administraba dinero que le sobraba al de la estación de servicio, o al de venta de vajilla, o a art de deportes y camping. Entonces Carlitos R, que era tornero, o Ricardo G, matricero, todos vecinos y conocidos nuestros; necesitaban $$ para comprar alguna máquina, o ampliar su taller, convocaban al Consejo Crediticio, lo evaluaban sus propios amigos y vecinos y ponían el dinero a su servicio, es decir producción y crecimiento a tasas y plazos convenientes y consensuados.

También nos visitaba seguido el Gerente del Banco Provincia, que tenía su casa en el mismísimo Banco, y café va, café viene o se llevaba dinero sobrante para una Caja de Ahorros que pagaban pequeños intereses, o dejaba dinero para que ampliemos el stock o modernicemos las máquinas de escribir y calcular, o tentaba a mi patrón para que haga departamentos en el baldío de al lado.

Sencillo, práctico, sentido común, solvencia por análisis de factibilidad y moral. Buena vecindad. Progreso. Desarrollo. Productividad. Análisis crediticios sólidos, creativos y valientes.

Todo esto se perdió por la aparición de la nefasta Ley de la dictadura, aparecieron las “bicicletas financieras”, las “mesas de dinero”, la usura legal. ¿Querés algo mas ridículo que escuchar “tengo la plata trabajando”??? En 1977 empezó “a trabajar” la plata en lugar de los obreros y operarios, y comenzó la tremenda debacle Argentina.

La figura marketinera en los banners de la gente feliz por ser cliente de tal o cual Banco, es el engaño publicitario mas efectivo de estos tiempos.

Derogar esta diabólica Ley y reemplazarla por una mas equitativa, enfocando a la producción, al desarrollo, con un espíritu de creatividad y acompañamiento permanente, es el puntapié inicial para una recuperación pronta y efectiva de nuestra Nación.

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