Jesús y los Empresarios Nacionales desde una perspectiva histórica

Una relación personal que cambió a la humanidad. #NotaDeOpinion por Jose Rodolfo Di Vanni

Comunicación - Notas de opinión24 de diciembre de 2019ENACENAC
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Todos sabemos que a Jesús se le atribuye ser hijo (putativo) de José de Nazaret el esposo de María, y que los Evangelios, claros y concretos registros históricos, lo posicionan como carpintero o artesano. (Marcos 6:3ª, Mateo 13:55ª). 

¿Qué significaba ser carpintero o artesano hace 2000 años? 

Eran tiempos donde no existían las cadenas comerciales, ni los intermediarios monopólicos, ni las “puntas de góndola”; muchísimo menos las ventas “virtuales”; aunque sí fabricantes, artesanos y mercaderes que proveían las demandas de la comunidad propia y que llevaban sus productos y servicios a comarcas donde eran escasos, o no existían, o había mayor demanda que oferta; es decir, los primeros exportadores o especialistas en comercio exterior. Todo emprendimiento o empresa se desarrollaba y sostenía específicamente a partir de las demandas de un mercado interno al que había que atender y satisfacer, el crecimiento y el desarrollo se facilitaba con la posibilidad de utilizar las rutas comerciales y abastecer otras comunidades. El trato comercial era cara a cara, personal, tanto para las cuestiones técnicas como detalles de transacción; la negociación y eventual posterior venta o contrato no se concretaría si no se pasaba por lo estrictamente personal; al no existir el DNI, ni el CUIT, ni el VERAZ, era importante conocer y hacer saber el “linaje”, la “ascendencia”, la “familia”, los “amigos”, los “antecedentes”; no había lugar para “lo improvisado” ni “la chantada”, si uno no era realmente bueno en lo suyo y no se esforzaba por mantener el buen nombre de su misión, producto y respeto a la genealogía, definitivamente debería abandonar el oficio dado lo rápido y concreto que circularía el mal dato en la comunidad. El mejor premio que tenemos registro del comportamiento y calidad de José de Nazaret como Empresario Nacional es que se lo denominaba un “hombre justo “. (Mateo 1:19).

Nazaret era un punto estratégico tanto de distribución de mercaderías, como de novedades; era un “nudo comercial” y cruce de rutas por donde se abastecía el mercado interno del Distrito Norte de Israel, como así también las insipientes exportaciones al resto de Oriente dada su cercanía al Mar de Galilea. Tema este no menor para lo que se vendría en cuestiones de “buenas nuevas” respecto a un tal Jesús, nacido en la vecindad y que iba a dar mucho que hablar en breve futuro. Nazaret era un punto clave y vital tanto en el comercio como en las comunicaciones y la dispersión de noticias.

Jesús y su relación con el empresariado y el trabajador.

La misión y el ministerio de Jesús de Nazaret, ya adulto, en el registro histórico que poseemos de sus 4 años de intensa preparación intelectual y práctica que, en definitiva, revolucionaría el mundo desde los conceptos éticos y prácticos; se basó estratégicamente en un pequeño círculo íntimo de confianza (apóstoles y discípulos) donde predominaban los Empresarios Nacionales, veamos:


Andrés, Pedro, Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, eran pescadores comerciales. Mateo 4:18 -22 relatan que Andrés y Pedro estaban pescando, ejerciendo su oficio y profesión cuando fueron llamados. Santiago y Juan estaban arreglando las redes con su padre cuando Jesús los convocó. La Biblia dice que estos dos hombres no sólo eran pescadores, sino que poseían el negocio (Pyme) junto con su padre de reparación y confección de redes, por lo que empleaban a otros muchos en el negocio. Tomás, Natanael, Felipe y uno más también quizás pudieron haber trabajado como pescadores de oficio, porque todos estaban juntos, reparando redes y pescando cuando Jesús se les apareció en Juan 21:2 -8. 

La Biblia no proporciona información de las profesiones concretas de Felipe, Bartolomé, Tomás, Tadeo o Santiago, el hijo de Alfeo. Pero sí surgen autorizados autores paralelos  que ubican a Bartolomé como el “encargado de las sandalias” del grupo de los 12 apóstoles y de los aproximadamente 70 discípulos cercanos, a Felipe de la “vestimenta” y Bartolomé de los alimentos,  por lo tanto la gastronomía, como la industria del calzado y los textiles están presentes en este lugar de privilegio de la historia.

Una detenida e interesante observación nos permitirá resaltar que las 21 parábolas bíblicas, método preferido por Jesús de enseñanza doctrinal y metodológica, 13 de ellas (65%) están directamente relacionadas al mundo del trabajo, sembradores, de la producción comunitaria, de los empleadores y de las estrategias correctas de detectar objetivos finales. 

Nota del autor: En este sentido recomiendo fervientemente “La Parábola de los Talentos” en Mateo 25:14-30 donde se da una clase magistral de valores, objetivos y prejuicios de la relación del hombre y las cuestiones económicas, les aseguro que puede llegar a revolucionar sus preconceptos éticos, comerciales  y morales.


Quiero detenerme y hacer notar que los relatos nos hablan de dos momentos muy especiales donde Jesús muestra enojo e ira de manera concreta y efusiva, una de ellas tiene que ver con mercaderes que se aprovechaban de las necesidades e ignorancia de los consumidores. Jesús vació el templo de cambistas (especulación financiera), y vendedores de animales (ecología), Él mostró una gran reacción e ira frente a ellos (Mateo 21:12-13; Marcos 11:15-18; Juan 2:13-22).

Un aparte especial para José de Arimatea, los registros históricos paralelos nos hablan de un minero (Pyme),  que desarrollaba el estaño fabricando productos derivados de ese material. Un «hombre rico» según San Mateo; un hombre «ilustre» según San Marcos; «persona buena y honrada» según San Lucas. 

 José de Arimatea era el propietario del sepulcro en el cual fue depositado el cuerpo de Jesús de Nazaret después de su crucifixión y muerte. Un Empresario Nacional aportó el sitio concreto histórico del hecho o cuestión de fe que, tres días después, cambiaría el destino y filosofía de la humanidad toda.


Mas luego, los discípulos de los apóstoles, se encargaron de distribuir las “buenas nuevas” de lo sucedido en ese sepulcro vacío al tercer día por todo oriente utilizando sus vías comerciales. La Biblia, Hechos de los Apóstoles da pistas al respecto, pero concretamente Josefo, Orígenes, Tácito y otras fuentes no cristianas de información dan amplio testimonio, como asimismo el período de los Padres de la Iglesia documenta cómo el “fenómeno del cristianismo” se dispersaba rápidamente por boca y acción de los mercaderes, y fabricantes de necesidades básicas de las comunas (Empresarios Nacionales, Pymes), y trabajadores.

Concretamente, no  aparecen en los mismos registros históricos que la dispersión de noticias, ideas, estrategias y nuevas formas de vida planteadas por el cristianismo estén en boca de abogados, ni de contadores, ni economistas, ni políticos, ni Ceos de multinacionales; sino mas bien en mano y bajo responsabilidad de Empresarios Nacionales: fabricantes, constructores, comerciantes, textiles, zapateros, pescadores, carpinteros y trabajadores que vieron una nueva manera de transcurrir la vida, de transitarla con dignidad, esperanza, y aún sacrificarse a niveles insospechados por eso.

 No fueron los únicos pero, sin duda, los más efectivos, como siempre.


Por José Rodolfo Di Vanni. 

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