No permitir una reforma laboral

Nota de opinión de Marcelo Barbani integrante de la Asociación de Empresarios Nacionales - ENAC - y coordinador de la comisión de relaciones con los trabajadores.

Comunicación - Notas de opinión01 de junio de 2018ENACENAC
marcelo barbani

Por Marcelo Barbani

Lo primero que debemos hacer valer es la idea de que nuestro país, cada vez que ha crecido en forma sostenida y desde los años 50 hasta acá, lo ha hecho con la mayoría de estas leyes laborales que hoy pretenden derogar. Digo con la mayoría porque desde 2003 a 2015 se sucedieron una serie muy importante de conquistas laborales y sociales adicionales. Estos derechos agregados no fueron un impedimento para producir uno de los mayores crecimientos en la historia económica argentina en términos de Producto Bruto per Cápita y nivel de salarios. Es decir, los salarios altos y los derechos laborales ejemplares en el mundo entero no han sido causales de las diversas crisis sufridas ni tampoco impedimento para el crecimiento económico ni para el crecimiento con distribución como el que vivió la Argentina entre 2003 y 2015.

Por el contrario, las crisis han sido siempre producto de especulaciones financieras y mal manejos de la economía ligadas a presiones y negociados que no tienen nada que ver con la producción y el trabajo ni tampoco con el nivel de salarios.

Si vamos a reformar todo lo que afecta al crecimiento del país, empecemos por reformar las políticas neoliberales, que, a contramano del mundo, abre las puertas a toda clase de capitales especulativos, y a todo tipo de producto importado, que no aportan nada a la producción ni al desarrollo y que destruye mano de obra argentina generando desocupación y pobreza.

Según la Teoría Neoclásica, la desocupación se produce porque los trabajadores no aceptan rebajar sus salarios a un nivel tal que los empresarios encuentren atractivo tomar trabajadores. Esto es FALSO. Más allá de que los trabajadores no deben nunca aceptar una resignación de sus ingresos ni mucho menos de sus derechos, aún si aceptaran trabajar por menos plata, su poder adquisitivo de vería disminuido y luego tampoco podrían adquirir los productos que ellos mismos fabrican ni los que fabrican otros trabajadores, entonces así, sin ventas, igualmente ningún empresario va a tomar trabajadores por más barato que sea hacerlo.

Entonces, también según esta teoría, es falso aquello de que el trabajador genera su propia demanda (Ley de Say - Toda oferta genera su propia demanda).

El "mercado laboral", para entender qué es lo que piensan estos neo arcaicos liberales también se rige por la ley de la oferta y la demanda. Pero en este caso muy particular y único, los "consumidores" son oferentes y no demandantes. Sin embargo, aunque los trabajadores sean los que OFRECEN TRABAJO, en la práctica igual los encontramos en una situación débil ante los que DEMANDAN TRABAJO que son las empresas. En el resto de los "mercados", todos, los empresarios son OFERENTES de producto y los trabajadores son DEMANDANTES de esos productos. Es fácil darse cuenta quien pone los precios a los productos, ¿Trabajadores, consumidores o los CEOs? Obviamente los precios son fijados por los CEOs corporativos, o sea los OFERENTES. Si el precio no los satisface, retiran sus productos del mercado, maniobra mejor conocida como, reducir la OFERTA.

O sea, si en el "mercado laboral" los trabajadores son los OFERENTES y los empresarios DEMANDANTES, ¿Por qué el precio del trabajo, es decir el salario, es fijado también por los empresarios CEOs con intervención del Estado? Seguramente porque hacen uso y abuso de su posición dominante y contradicen sus propias teorías económicas. Y en tal caso, ¿Cómo se debería fijar el precio del trabajo para cada sector? Mediante PARITARIAS LIBRES. Es así como se defiende el valor del trabajo. Si los CEOs y los funcionarios son tan liberales, el Estado no debería intervenir, pero ya vemos, son liberales en las ganancias y socialistas en todas las crisis.

Para redondear, los trabajadores no deberían ofrecer sus servicios por un salario menor al salario que le permita vivir una vida digna, por encima del nivel de subsistencia. ¿Y cómo se consigue eso? Mediante PARITARIAS LIBRES Y LUCHA. Los sindicatos y los dirigentes sindicales tienen esa herramienta en sus manos, la garantía está los nuevos dirigentes regionales de base que son los que ponen la cara ante sus representados cada día. La Corriente Federal de Trabajadores representa mejor esta idea de defensa del salario y los derechos laborales. Se vienen momentos muy duros. Se verá si estamos todos a la altura de lo que reclama la historia y la memoria. Es necesaria una monolítica unidad entre los empresarios nacionales y los trabajadores organizados.

La derogación de los derechos laborales, varias veces intentada en nuestro país, recordar la llamada Ley Banelco, significa un retroceso de casi 100 años en materia de derechos y libertades. No permitir una reforma laboral es la tarea.

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